En este artículo te presentamos tres tipos de negociadores ¿cuál eres tú? o ¿cuál quieres ser tú?
Negociar es una ciencia y una ciencia que no es exacta, en cada negociación interviene la personalidad de cada una de las partes y su visión de ver las cosas, es por ello que negociar no es nada fácil, sobre el tema a negociar se deben definir objetivos, intereses y posturas; también se debe intentar dejar las emociones de lado sin perder la empatía; esto lo entenderemos mejor conociendo a cada uno de los tres tipos de negociadores que existen.
NEGOCIADOR BLANDO
Este negociador es el que negocia con miedo, busca de todas formas evitar conflictos personales por lo que hace concesiones fácilmente. Quiere una solución amistosa, pero, sin embargo, casi siempre termina siendo explotado y sintiéndose amargado.
NEGOCIADOR DURO
El negociador duro considera cualquier situación como una lucha de voluntades, en la que la parte que adopta las posiciones más extremas y las mantiene durante más tiempo es la que triunfa. Quiere ganar, pero, con frecuencia, termina por provocar una respuesta igualmente dura que le agota a él y a sus recursos, y que lesiona su relación con la otra parte.
NEGOCIADOR INTELIGENTE
Sin embargo, existe una tercera forma de negociar, ni dura ni blanda, sino las dos cosas a la vez. Es un método de la negociación basado en los principios desarrollados en el Proyecto Harvard de Negociación, nos sugiere que, siempre que sea posible, busquemos los beneficios mutuos; y que cuando los intereses entren en conflicto, insistamos en que el resultado se base en ciertas normas o criterios justos, independientes del deseo o la voluntad de las partes. No emplea trucos ni poses afectadas. Nos enseña la forma de obtener aquello a lo que tenemos derecho sin dejar de ser honrados. Nos permite ser justos mientras nos protegemos contra aquellos que se aprovecharían de nuestra honestidad.
En resumen, el negociador blando incluso se olvida de sus intereses y objetivos para complacer a los demás, el negociador duro hace lo mismo, se olvida del problema que tiene que solucionar y sólo quiere ganar por ganar la lucha de voluntades que el mismo crea y por último el negociador inteligente es el que deja sus emociones de lado (no busca evitar el conflicto, pero tampoco provocarlo) y tiene presente durante toda la negociación el objetivo que desea lograr.
Todos deberíamos ser negociadores inteligentes y el primer paso para ello es tener claro nuestros intereses y objetivos al momento de negociar.
Esperamos que este artículo te haya servido
Escrito por TALENTUM
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