Ya sabemos que el mundo está cambiando, de hecho que ya ha cambiado; noticias al instante, conexión con todos, llamadas transatlánticas que se hacen desde la comodidad de nuestro sofá y mensajes instantáneos que después de cinco minutos de ser enviados, sino obtenemos respuesta, nos desquician.
El mundo es uno muy distinto al que teníamos hace 40, 30, 20 o incluso 10 años y ¡oh sorpresa! La gente que habita este planeta tampoco es la misma que la de antes, entonces, ¿cómo podemos explicar el hecho de que las empresas gestionen a sus trabajadores con la misma receta de hace 50 años?
La mayoría de las organizaciones siguen creando entornos de trabajo a la antigua en los que lo más importante es el sueldo que se les pagará a los colaboradores y el objetivo a cumplir a largo plazo. Hace rato, que esto ya no es así; ya han pasado varios años desde que los millennials irrumpieron en el mercado y nos enseñaron que el dinero es sólo uno más de los tantos estímulos que exigen para sentirse cómodos en el trabajo. ¿Tu empresa, los líderes que te rodean, tu entorno; aprendieron como manejar a los millennials para potenciar al máximo el talento que traen? Probablemente la respuesta sea no y qué preocupante, porque ojo, el mercado laboral ya no es sólo de los millennials sino ahora también de los centennials.
¿Y quiénes son estos famosos centennials? Son la nueva generación que poco a poco irá tomando lugar en las empresas, en escencia son bastante parecidos a los millennials, es decir que ellos también están llegando para ROMPER EL MOLDE de todo lo que conocemos como “trabajo profesional”, no se amarran a un sueldo, a una carrera exitosa de varios años en el mismo lugar, la promesa de un aumento no los seduce. Estas personas se caracterizan porque piensan en objetivos a corto plazo, son nativos digitales, nunca sufrieron la transición por la cual los millennials tuvieron que pasar, desde pequeños escogieron que querían ver, jugar y aprender, con dispositivos móviles a la mano su percepción de realidad ha sido, es y será que todo es instantáneo y fugaz entonces, así trabajan, con la mirada en el futuro inmediato, les interesa disfrutar de cada paso que dan y sentir que cada movimiento es recompensado, tal cual como en los videojuegos que juegan y jugaban, un esfuerzo, una recompensa. Los Centennials se mueven a una velocidad muy acelerada, sus ciclos de vida son muy cortos, para ellos mucho tiempo en un trabajo es un año, están conectados todo el tiempo por ende tienen acceso constante a la información y su mente siempre está planeando nuevas cosas. Son innovadores natos, siempre buscan la forma más simple y rápida de hacer las cosas.
Para los centennials el trabajo es parte de su vida, por eso deben disfrutarlo, sino lo disfrutan se irán muy rápido, una vez más afirmamos que los objetivos a largo plazo no son lo suyo, les interesa disfrutar el camino más que llegar al objetivo, obviamente recibiendo aplausos constantes por cada paso dado.
Es sumamente importante que los líderes de las pequeñas, medianas y grandes empresas entiendan esto, desde la entrada de los millennials al mercado laboral se han sufrido grandes fugas de talento, más gente ha decidido ser freelancer o emprender su propio negocio porque ninguna organización ha sabido ofrecerles lo que realmente buscan, necesitamos re-pensar la forma en la cual trabajamos y lideramos empresas, la brecha entre lo que la MAYORÍA DE LAS PERSONAS BUSCAN y lo que el mundo laboral puede ofrecer NO DEBERÍA SER TAN GRANDE, los millennials y los centennials son gente demasiado talentosa, que tienen mucho que dar, debemos saber potenciarlos y aprovecharlos.
Las empresas deben entender que hay que transformar el entorno en el que trabajan, deben crear ambientes con estímulos que motiven los objetivos a corto plazo, con reconocimiento permanente, con interacciones entre todos los niveles de la empresa, deben romper jerarquías de comunicación, deben re-pensar los horarios y las estructuras, y por último deben crear entornos en los que se pueda fusionar el amor por la vida y por el trabajo, porque tanto los millennials como los centennials entienden que esto no tiene por qué estar divorciado, sino más bien ven la vida y el trabajo como un matrimonio que debe ser feliz.
Las nuevas generaciones tienen muy claro que sólo se vive una vez y que el momento de ser felices es ahora, si las empresas entienden esto, tendrán asegurada la retención de talento al menos por un buen tiempo.
Realmente ya es hora de que las empresas se adapten a las nuevas generaciones y no al revés.
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